Abner Benaim, el director panameño ampliamente conocido en Ibermedia por películas como Chance, Empleadas y patrones o Invasión, ha confirmado que su reciente documental dedicado al cantante, compositor, actor, abogado y ex candidato a la presidencia de su país Rubén Blades se podrá ver casi en simultáneo en prácticamente toda Latinoamérica. La película, que justamente lleva por título Yo no me llamo Rubén Blades, se estrenó el jueves 30 de agosto en Panamá, Costa Rica y Guatemala; el viernes 31 en México y el 12 de septiembre lo hará en Colombia y Perú. En breve se darán a conocer también las fechas de estreno en Argentina, Chile, Puerto Rico y República Dominicana. Yo no me llamo Rubén Blades recibió dos ayudas de Ibermedia para su realización: al Desarrollo en 2015 y a la Coproducción en 2016. “Es la primera vez que una película de Panamá se estrena internacionalmente así, casi en simultáneo, y es una de las primeras veces que un documental latinoamericano lo hace en Latinoamérica”, dijo Benaim al diario panameño La Prensa. Es verdad. Triple motivo, entonces, para correr a verla.
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Rubén Blades no sólo es el compositor y cantante de auténticas obras maestras de la música contemporánea como Bohemio y poeta (álbum grabado con La Fania All-Stars), Siembra, Maestra vida, Canciones del Solar de los Aburridos (con Willie Colón), El que la hace la paga, Buscando América o Antecedente (en solitario), sino también un icono de la cultura popular y un activista en favor de los derechos humanos y de la independencia de los pueblos latinoamericanos en relación con la política de Estados Unidos.
De ahí que al lado de auténticas crónicas urbanas narradas en canciones como “Juan Pachanga”, “Pedro Navaja”, “Ligia Elena”, “Decisiones”, “El cantante” o “Juana Mayo”, muchos latinoamericanos también puedan cantar de memoria composiciones más políticas como “Pablo Pueblo”, “Plástico”, “Tiburón” o “El padre Antonio y el monaguillo Andrés”, por mencionar sólo las más conocidas.
De ahí que el lado “más serio” de Rubén Blades caiga por su propio peso: abogado, político, activista y ex candidato a la presidencia de Panamá en las elecciones de 1994, es decir, cinco años después de que Estados Unidos invadiera su país con el propósito —según palabras de George Bush padre— de capturar al entonces presidente panameño Manuel Antonio Noriega, al que previamente había acusado de narcotraficante.
“Como muchos latinoamericanos, vivo en Nueva York por adopción, pero ante todo soy panameño”, dice Blades cada que puede.
El documental de Abner Benaim, que ya ganó su primer gran premio internacional en el festival South by Southwest (SXSW) de Austin, Texas, presenta todas estas caras del multifacético Blades. También, por supuesto, sus inicios como anónimo encargado de correos en La Fania, las enseñanzas musicales que le dio su padre, su afición por los cómics y su carrera como actor en casi treinta y cinco películas, entre ellas algunas muy conocidas y con buena crítica como The Counselor, de Ridley Scott, Once Upon a Time in Mexico, de Robert Rodríguez, o Cradle Will Rock, de Tim Robbins.
Benaim ha presentado su película como un acercamiento al Rubén Blades “que pocos han visto”. El cantautor dice por ejemplo que hizo todo lo que hizo, y lo hizo rápido, porque “pensaba que no iba a vivir tantos años”. Y en una de sus primeras apariciones en el documental, admite lo siguiente: “Necesitaba la aprobación y el aplauso para sentirme mejor sobre mi persona. Más que la aprobación, era la prueba de que tenía razón, que podía competir con cualquiera y ganar”.
También cuenta que canciones como “Pedro Navaja” están concebidas como un cómic, situando a los personajes en escenarios reconocibles como si fueran las viñetas de una historieta: “Por la esquina del viejo barrio lo vi pasar / Con el tumbao’ que tienen los guapos al caminar / Las manos siempre en los bolsillos de su gabán / Pa’ que no sepan en cuál de ellas lleva el puñal…”.
En el documental hablan de Blades y su obra otros músicos como el británico Sting, los estadounidenses Paul Simon y Larry Harlow, el panameño Danilo Pérez, o los puertorriqueños Residente, Ismael Miranda y Gilberto Santa Rosa. También aparece el escritor dominicano-estadounidense, ganador de un Pulitzer, Junot Díaz, y hasta la encargada de la biblioteca musical de la Universidad de Harvard, donde se guardan los archivos musicales del cantante y compositor panameño.
Yo no me llamo Rubén Blades recibió dos ayudas de Ibermedia para su realización: al Desarrollo en 2015, y a la Coproducción en 2016.