El primer largometraje de Carlos Morelli, basado en una novela del hoy escritor y entrenador y antes jugador de fútbol Daniel Baldi, se estrenó en Uruguay el 22 de junio con una fantástica respuesta por parte del público. Mi Mundial cuenta una historia que es el pan de cada día en el mundo del fútbol latinoamericano y mundial: a Tito, un niño de 13 años superdotado para el fútbol, un representante le ofrece un contrato que —según la repetida y a menudo falsa promesa— “lo sacará a él y a su familia de la pobreza”. La película recibió ayuda del Programa Ibermedia en la Convocatoria 2013 y en los pocos días que lleva exhibiéndose en su país ha provocado que las entradas se agoten y que centenares de personas se queden sin poder verla. Por lo visto hacía mucho tiempo que no pasaba algo así en Uruguay, a tal punto que desde el equipo de producción están sugiriendo que se compren las entradas anticipadamente y se consulte bien la cartelera, pues la película está programada en muchas salas pero no en todos los horarios. La increíble recepción de Mi Mundial es una estupenda noticia para la toda comunidad del cine iberoamericano.
Contaba el periodista Fernán Cisnero de El País de Uruguay que una semana antes del estreno de la película, su director, Carlos Morelli, tuvo que pasar por una prueba de fuego: exhibirla ante los compañeros de clase de una de las actrices (Candelaria Rienzi). “Pero como que se olvidaron de ese detalle y hasta aplaudieron”, le dijo Morelli a Cisnero.
Más allá de la distracción que significaba ver a ‘la artista de la clase’ en una pantalla de cine, la recepción de la película en ese colegio ya adelantaba lo que se iba a confirmar días después: la historia, las actuaciones, la realización y el trasfondo de la película (no todos los que nacen superdotados para el fútbol llegan a ser cracks) generaban una fuerte adhesión emocional entre los preadolescentes, así como entre sus padres y maestros.
Mi Mundial es la sorprendente película uruguaya que el debutante Morelli ha escrito y dirigido a partir de una de las novelas juveniles de Daniel Baldi, la homónima que en su momento también tuvo una recepción de best seller (con prólogo del capitán de la selección uruguaya Diego Lugano).
La historia de Tito (Facundo Campelo) prosigue cuando sus padres (Verónica Perrotta y Néstor Guzzini), temiendo dejar pasar la oportunidad de sus vidas, deciden hacerle caso al representante (el brasileño Roney Villela) y se mudan a Montevideo. Poco a poco, sin embargo, Tito deja de ver el fútbol como un juego y abandona los estudios para enfrentarse a responsabilidades que no le tocan, las del mundo adulto.
“Una de las grandes complicaciones de las escasas películas que hay sobre fútbol —escribía Cisnero en su nota— es la filmación de la épica de un partido, un evento que estamos acostumbrados a ver en un formato exclusivamente televisivo.”
“El otro gran desafío, por lo menos visto desde otro estereotipo, es trabajar con chiquilines. Acá hay por lo menos tres (Campelo, Rienzi y Enzo Risso, que hace de mejor amigo de Tito) quienes, además, están muy bien con el tono de la película”, proseguía Cisnero.
“Los traté igual que a todo el mundo y ellos lo agradecieron muchísimo”, le dijo el director. “Y me ayudó a ser mejor. Hay que tener mucha paciencia porque estamos en distintos universos, entender sus ritmos, y mucha intuición para saber cuándo es suficiente de tomas y ver la curva de aprendizaje de los chicos y que en algún momento había que cambiar de estrategia.”
Tráiler
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