El documental Os Últimos Cangaceiros (Los últimos cangaceiros) del director brasileño Wolney Oliveira, apoyado por el Programa Ibermedia y exhibido desde 2011 en numerosos festivales cinematográficos del mundo y con el que el cineasta ha cosechado diferentes premios, por fin se estrena en las salas de Brasil.
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Wolney Oliveira cuenta, a través de su documental, la vida de Durvinha y Moreno, dos ancianos casi centenarios, que narran sus aventuras como parte de la banda de Lampiao, el cangaceiro más famoso y temido de Brasil del siglo pasado.
Los cangaceiros fueron un grupo de bandoleros nacido en el noreste de Brasil, a principios del siglo XX, en un contexto de extrema pobreza, violencia y nula legalidad. Durvinha y Moreno ocultaron su verdadera identidad durante medio siglo. Incluso sus hijos desconocían que formaran parte de la cuadrilla de Lampião, el líder más controvertido de los cangaceiros. A sus 95 años, Moreno decide compartir con ellos el peso de sus memorias y reencontrar a los parientes vivos.
El inicio de Los últimos cangaceiros puede causar ternura y llegar a conmover cuando se muestra en escena a los dos ancianos -aún cuando empuñan armas-; pero, con el transcurrir de los minutos, el espectador toma conciencia de quiénes son realmente los protagonistas del filme: dos exproscritos, parte de una gavilla de delincuentes que sembraron el terror a su paso y que son los autores de muchas muertes, algunas de ellas sádicas. La otra cara de la pareja, que revela el realizador, es la de una dupla muy querida por los pobres, además de ser católicos fanáticos, aficionados a los buenos perfumes y al buen vestir.
Un día, Antonio Ignacio da Silva, alias Moreno, decide contarle a sus hijos la verdadera historia de su vida junto a Durvalina Gomes de Sá, apócrifo nombre de la voluntariosa Durvinha; el hecho causa conmoción en la familia y la noticia se esparce como reguero de pólvora por todo Ceará. La prensa no se hizo esperar: emitió reportajes y convirtió a la pareja en una celebridad mediática, al punto que llegaron a ser distinguidos por las autoridades que les organizaban homenajes como si fueran leyendas vivas.
Oliveira cuenta en el documental cómo Moreno llegó a ser el lugarteniente de Lampiao –el famoso asaltante brasilero de las décadas del 30 y del 40–, detalla cómo el grupo de cangaceiros atacó patrullas policiales, saqueó puestos de abasto y celebró sus fechorías en monumentales fiestas. Sin embargo, la buena suerte se le terminó a Moreno cuando Lampiao es capturado y decapitado por la policía. Es desde ese momento, junto a su mujer, que inicia un éxodo con cambio de nombre y, cual desterrado, se abre un nuevo camino. El secreto no es revelado hasta 60 años después, porque al anciano le entra la nostalgia y el deseo de conocer si todavía tiene familiares.
Oliveira hace un trabajo de investigación profundo y entrevista a policías de aquel tiempo, familiares de víctimas y parientes de los propios ancianos quienes, en parte, tiran por la borda la versión cambiada de Durvinha y Moreno (que alegan que nunca mataron adrede, pero un historiador y la prensa de la época los califica de sanguinarios).
Os Últimos Cangaceiros se lleva exhibiendo en festivales desde 2011, y con ella Oliveira ha logrado diferentes premios como en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de la Habana, Cuba: Premio Coral de documental; Festival Internacional de Cine Documental de Ciudad de México: Mejor largometraje; Festival Internacional de Cinema de Arquivo, Brasil: Mejor largometraje, Premio del jurado Popular-RECine.
Wolney Oliveira es de Fortaleza, se graduó de la Escuela Internacional de San Antonio de los Baños, EICTV, Cuba, especializándose en fotografía. Sus películas han recibido numerosos premios en Brasil y en el extranjero. Su cortometraje El invasor de Marte fue la primera película de la EICTV que recibió un premio internacional, entre muchos otros.