Rojo, el tercer largometraje del argentino Benjamín Naishtat, fue el gran triunfador de la 66ª edición del Festival de San Sebastián 2018. La película se llevó dos Conchas de Plata al mejor director y al mejor actor para Darío Grandinetti, así como el premio del Jurado a la mejor fotografía para Pedro Sotero. Asimismo, otras dos películas realizadas con las ayudas de Ibermedia fueron galardonadas con el Premio Cooperación Española (Los silencios, de la brasileña Beatriz Seigner) y la mención especial del Premio Horizontes (El motoarrebatador, del también argentino Agustín Toscano). En lo más alto del palmarés del 66º Festival de San Sebastián aparecen además Entre dos aguas, del español Isaki Lacuesta, Concha de Oro a la mejor película, y la noruega Pia Tjelta, Concha de Plata a la mejor actriz por Blind Spot, del belga Nabil Ben Yadir. Rojo recibió la ayuda de Ibermedia a la Coproducción en la Convocatoria 2015; Los silencios, a la Coproducción 2016 y al Desarrollo 2015, y El motoarrebatador, a la Coproducción 2017 y el Curso de Desarrollo de Proyectos Cinematográficos Iberoamericanos 2016.[:]
Rojo, que competía en la Sección Oficial de San Sebastián, narra la historia de Claudio Morán (Darío Grandinetti), un reputado abogado en una provincia de la Argentina de mediados de los años 70 que lleva una vida tranquila con su familia hasta que un raro suceso la altera. Un hombre llega a la ciudad y, sin motivo aparente, comienza a agredirlo. La comunidad apoya al abogado y el extraño es humillado y expulsado del lugar.
Más tarde, camino a casa, Morán y su mujer, Susana, son interceptados por el hombre extraño, quien está decidido a cobrarse venganza. El abogado toma entonces un camino secretos, silencios y muerte. Un camino sin retorno.
Lo que Rojo cuenta en realidad son los prolegómenos del golpe de Estado encabezado por el dictador argentino Jorge Rafael Videla, cuyo gobierno llamado Proceso de Reorganización Nacional duró de 1976 a 1983.
De ahí que Grandinetti al recibir el premio y referirse a la dictadura de su país (y a las dictaduras en general) dijera: “Las cosas ocurren porque hay una sociedad que ayuda, los que nos gobiernan no son marcianos. Hay que saber para que no nos sorprendan con sus políticas de cercenar derechos, para que no nos vuelvan a engañar. Vaya este pequeño aporte desde el cine”.
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Por su parte, Los silencios, de Beatriz Seigner, sigue a la familia formada por Nuria, Fabio y su madre, Amparo, en el momento en que llegan a una pequeña isla de la Amazonía, en la frontera entre Brasil, Colombia y Perú. Los tres han escapado del conflicto armado colombiano, en el que el padre desapareció. Pero un día el padre reaparece en la nueva casa. La familia vive atormentada por este extraño secreto y descubre que la isla está poblada por fantasmas.
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En cuanto a El motoarrebatador, de Agustín Toscano, se trata de la historia de Miguel, quien se gana la vida como “motochorro”, un ladrón que roba las pertenencias de la gente desde su motocicleta. Cuando roba el bolso de Elena, una mujer mayor, termina hiriéndola gravemente. Tras el brutal incidente, Miguel, corroído por la culpa, es incapaz de olvidar a su víctima. En un intento por hacer las cosas bien, oculta a Elena su verdadera identidad y empieza a cuidar de ella sin que la anciana herida sospeche nada. Cuanto más se acerca a ella, más se enreda en sus propias mentiras.