Hace unos días se estrenó en La Habana Club de jazz, el tercer largometraje de ficción de Esteban Insausti, uno de los más interesantes y premiados directores cubanos del momento. La película, que se exhibe actualmente en las salas Charles Chaplin, Acapulco y Riviera de La Habana, está teniendo muy buena acogida por parte de la crítica y el público y ya se ha confirmado su distribución internacional a cargo de la reconocida Deux Film. Producida por el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) y Sincover Film, Club de jazz recibió la ayuda del Programa Ibermedia a la Coproducción en la Convocatoria 2013. La cinta está estructurada en tres “cuentos” que van narrando las transformaciones de un club de jazz antes de ser demolido, aunque, a decir de Insausti, el tema de fondo es la envidia, “el conflicto que tiene mucha gente con la gloria y el talento ajenos”.[:]
“Saxo alto” se titula el primero de los cuentos. Ambientado a finales de la década de los 50, narra la historia de un niño músico tremendamente talentoso, proveniente de una familia muy humilde de un pueblo de provincias, que gana un concurso tocando dicho instrumento.
El segundo cuento se titula “Contrabajo con arco” y aborda el conflicto que tiene un virtuoso bajista con un crítico de arte que lo asedia. Esta historia está ambientada a finales de los 80.
Finalmente, “Piano solo” tiene como protagonista a un joven pianista católico que, pese al gran talento que posee, deberá vencer escollos no precisamente musicales para llevar adelante sus aspiraciones artísticas en el pequeño pueblo donde vive.
“La tesis que sustenta cada relato es que la envidia, la más oculta e inconfesable de las emociones humanas, nunca es sana. O, siendo más absolutos, la envidia sana no existe”, le dijo Insausti a Alejandro Madorrán Durán del diario cubano Juventud Rebelde.
“Se dice a menudo, y no sin razón, que constituye esa especie de monumento que la mediocridad le erige al talento”, añadió. “La zona de dicho conflicto que más me interesa explorar es la enfermiza confrontación que con frecuencia se establece entre la gloria ajena y la personal, aquella que no sólo afecta a quien la padece sino también a quien es su objeto y blanco”.
Filmada íntegramente en blanco y negro, en Club de jazz han participado dos grandísimos directores de fotografía cubanos: Alejandro Pérez, y a quien éste considera su maestro, el reconocido y premiado Ángel Alderete. “Y sin tapujos ni egos ambos acometieron el proyecto en total armonía”, le dijo Insausti a Madorrán Durán para Juventud Rebelde.
La película cuenta también con las actuaciones de reconocidas figuras del cine cubano como Mario Guerra, Samuel Claxton, Luis Alberto García, Héctor Noas, Yailene Sierra, Claudia Valdés, y las actuaciones especiales de Pancho García, Aramís Delgado y Patricio Wood. También participan los niños estudiantes de música Pedro Pablo Bernal y Álvaro Rodríguez, y los debutantes Yasel Rivero y Claudia Monteagudo.
Completan el staff de producción Angélica Salvador, en el montaje; Onelio Larralde, en el diseño escenográfico; Liz Álvarez, en el diseño de vestuario; la dirección de producción de Rafael Rey; la música de Juan Manuel Ceruto, y la banda sonora de Osmany Olivare.
Antes de Club de jazz, Esteban Insausti (que a veces también firma como Esteban García Insausti, La Habana, 1971) dirigió el cuento “Luz roja” del largometraje Tres veces dos (2004) codirigido con Pavel Giraud y Lester Hamlet, y Larga distancia (2010). Por estas películas, así como por sus cortometrajes (Más de lo mismo, Las manos y el ángel, Existen) ha sido premiado en importantes festivales internacionales de América y Europa.