La película hispano-boliviana Niños somos todos, dirigida por Sergi Cameron y producida por Alba Calani, ha obtenido el Premio Gaudí de la Acadèmia de Cinema Català a la Mejor música original compuesta por el cantaor flamenco Niño de Elche en colaboración con los músicos bolivianos Iván Leopardo, El Coro y Orquesta de San Ignacio de Velasco, La Orquesta Experimental de Instrumentos Nativos o Saxoman.
De hecho, la banda sonora es un viaje alternativo a la película, que será reflejado en un disco en el que están trabajando para que aparezca en edición limitada a lo largo de este año.
Niños somos todos es una coproducción de Nanouk Films, La Cara A e Imago que recibió las ayudas del Programa Ibermedia tanto a Desarrollo como a Coproducción.
La película sigue al Niño de Elche en un viaje a Bolivia en busca de nuevos sonidos. Por el camino, va encontrando personas singulares y realidades diversas: en unas, la música mantiene su tradición; en otras, simplemente está prohibida. Cabeza de cartel en el Sónar. Festival Internacional de Música Avanzada y cantaor heterogéneo, estrella del rock experimental y de la canción de autor, Niño de Elche es un artista inclasificable. Y este viaje de autodescubrimiento hace que se plantee su propia vida, el aprendizaje de la música o su relación con la familia.
Antes del premio de la Academia Catalana, Niños somos todos ya se había alzado con el Premio a la Mejor película española en el Festival In-Edit de Cine Documental Musical, el Gran Premio del Jurado en el Asolo Art Film Festival de Italia y el Premio del Jurado en el Post/Doc de Portugal.
Es “un reconocimiento más a la gran labor de todos los artistas que colaboran en esta banda colectiva”, ha reconocido el cantaor español, cuyo nombre real es Francisco Contreras Molina. “Yo simplemente he sido transmisor de unos sonidos que desde hoy nos pertenecen a todos”.
Por el origen de la película habría que preguntarle a la productora, española de ascendencia boliviana. “La idea de mostrar Bolivia sin estereotipos y a través del lenguaje universal de la música nace hace más de diez años cuando, por primera vez, vuelo junto a mi padre a Bolivia. Me dijo: «El arte supera todo: política, razas, sexo, dinero… Por eso a mí me interesa el arte»”, recuerda Calani.
“Ahí sembró la idea de algo que estaba gestando en mí desde niña: compartir con el mundo la riqueza del país de mi padre y mis abuelos, mi país también. Y sus palabras encendieron mi lucecita: la música. Decidí quedarme el tiempo necesario para conocer mejor mis raíces y me quedé tres años. Al volver a Barcelona conocí al director y músico Sergi Cameron, al cual ya admiraba por su ópera prima Bugarach. La idea de un conductor siempre estuvo ahí, pero fue el director del Sónar, Ricard Robles, el que nos presentó a Paco” [Contreras, es decir, Niño de Elche].
El director de Niños somos todos toma el testigo: “Me interesaba unir el imaginario boliviano, que forma parte de otro gran imaginario, el latinoamericano, con el de Niño de Elche y el (no)flamenco”. Para él, la película es una reflexión “sobre el sentido de la vida desde el prisma de un proceso de creación artístico”.
“A menudo entendemos la experimentación como una postura estética o vacía de significado, pero Francisco Contreras, Niño de Elche, consigue demostrar en este viaje hacia las profundidades de Bolivia cómo el verdadero sentido de la experimentación artística puede ser una necesidad básica para sobrevivir a este mundo”.