El edificio de los Estudios de Animación del ICAIC (Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos) en La Habana fue el lugar perfecto para realizar el VIII Taller de Desarrollo de Proyectos Cinematográficos de Centroamérica y el Caribe que organizó Ibermedia con el apoyo del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
El VIII TDPCCC, que el 28 de noviembre inauguró las actividades previas de la 45ª edición del Festival y coincidió con su realización los tres primeros días (el Taller terminó el 8 de diciembre y el Festival se extendió del 5 al 15 de diciembre) reunió a las y los cineastas de 16 proyectos de largometraje, la mayoría de ellos óperas primas, con 12 asesoras/es reconocidas/os en las áreas de producción, dirección, guión, documental, promoción y propiedad intelectual.
Fueron diez días enriquecedores y transformadores —de aprendizaje y también de «desaprendizaje», en palabras de uno de los talleristas— que comenzaron con la presentación de Tanya Valette, guionista, productora y realizadora dominicana que coordina los talleres de formación de Ibermedia; Tania Delgado, directora del Festival habanero; Alexis Triana, presidente del ICAIC; Esther Hirzel, directora de los Estudios de Animación, y Rosa Rodríguez, coordinadora de la modalidad de estímulo al codesarrollo de series del Programa y de la plataforma Ibermedia Digital.
Las asesoras en el área de producción fueron la argentina Gema Juárez Allen (327 cuadernos, Oscuro animal, Yo no me llamo Rubén Blades, Lina de Lima, El caso Monroy, Fenómenos naturales), la cubana Camelia Farfán (Molina’s Ferozz, Mejunje, Quiero hacer una película, La Narcosatánica) y la mexicana Tatiana Graullera (Un mundo secreto, Guerrero, La camarista, Tótem).
En dirección, fueron el cubano Fernando Pérez (Hello Hemingway, Madagascar, La vida es silbar, Suite Habana, Últimos días en La Habana, El mundo de Nelsito) y la salvadoreña Tatiana Huezo (El lugar más pequeño, Tempestad, Noche de fuego, El Eco).
En guión, las asesoras fueron la española Lola Salvador (Juan Soldado, El crimen de Cuenca, Las bicicletas son para el verano, Barrios altos, Salvajes, La niebla en las palmeras) y la mexicana Paz Alicia Garciadiego (El imperio de la fortuna, La mujer del puerto, Principio y fin, La reina de la noche, Profundo carmesí, La perdición de los hombres, Las razones del corazón, La calle de la amargura, El diablo entre las piernas).
En documental, el chileno Ignacio Agüero (Cien niños esperando un tren, Sueños de hielo, Aquí se construye, La mamá de mi abuela le contó a mi abuela, El diario de Agustín, Nunca subí el Provincia), el mexicano Everardo González (El cielo abierto, Cuates de Australia, El Paso, La libertad del Diablo, Yermo, Una jauría llamada Ernesto) y el peruano Javier Corcuera (La espalda del tiempo, La guerrilla de la memoria, Invierno en Bagdad, Checkpoint rock. Canciones desde Palestina, Kachkaniraqmi. Sigo siendo, El viaje de Javier Heraud, No somos nada).
En promoción, fue la chilena Violeta Medina, poeta, periodista y cineasta afincada en España, donde lleva años difundiendo en Europa el mejor cine latinoamericano y dando a conocer el talento de sus creadoras y creadores. Y en propiedad intelectual, la abogada española Marta García León, especialista en el tema con un pie puesto siempre en la creación cultural y audiovisual.
Por parte de Ibermedia, no podían faltar nuestra incansable Secretaria Técnica y Ejecutiva Elena Vilardell, y la también incombustible Rosa Sophia Rodríguez, quien además de coordinar la modalidad de codesarrollo de series y la plataforma Ibermedia Digital presta apoyo a la Secretaría del Programa.
Conclusiones de las y los cineastas seleccionados
Terminado el VIII Taller, y terminado también el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, les pedimos a las duplas de dirección y producción de los 16 proyectos seleccionados que nos enviaran por correo electrónico una breve valoración de sus experiencias.
«Este tipo de taller es muy necesario para los cineastas de Centroamérica y el Caribe, nos reafirma en que nuestras historias son importantes y que hay que contarlas», nos contestó la cineasta puertorriqueña Maite Rivera Carbonell, directora y productora de Paraíso infernal, una historia de segundas oportunidades en la que está trabajando para su segundo largometraje, el primero de ficción, tras su premiado documental Las carpetas (2011). «Puedo decir que gracias a la asesoría de Lola Salvador y de Fernando Pérez, tengo la posibilidad de tener un guión de hierro, muy sólido».
«La experiencia en el VIII TDPCCC ha sido enriquecedora, tanto para el crecimiento de nuestro proyecto, Dani Elliot, como para la creación de una red más sólida, fundamental en el ámbito cultural latinoamericano», se sumó la cubana Lisa María Velázquez Serrano. Dani Elliot, su ópera prima, es un documental autorreferencial en el que la cineasta filma el regreso a Cuba de su amiga Dani, seis meses después de su partida, «con el deseo de que este gesto construya un vínculo con nuestra tierra».
«Un aprendizaje constante que todavía voy descubriendo a medida que sigo reflexionando acerca del trabajo realizado en las asesorías [en las que] pude percatarme del verdadero potencial que tiene mi película», reconoció el panameño Joaquín Horna Sosa, director del proyecto La caja de los huesos, su segundo largo tras Nación de titanes (2022). La caja… narra la historia de Héctor, un sacerdote colombiano asesinado en Panamá, y la búsqueda de sus restos por parte de su hermana, treinta años después.
El VIII Taller de Desarrollo de Proyectos de Centroamérica y el Caribe «me ha convencido de que tengo un proyecto materializable», sintetizó el cineasta colombiano Juan David Cárdenas, para quien «este espacio me permitió pensar de manera integrada la escritura de guión, la dirección y la propuesta de producción» de su proyecto Apostador, la historia de un adinerado ludópata enfrentado a la prueba final de su terapia: ir a un casino y no gastar ni un centavo. Apostador será su segunda película tras Espacios y silencios (2017).
«El haber compartido con proyectos de toda la región, así como contar con el acompañamiento de destacados asesores del medio, fue algo sumamente poderoso y enriquecedor», destacó la también colombiana Sandra Carolina Jiménez, directora de La promesa, su ópera prima. «Es de resaltar que en Centroamérica y el Caribe se está sembrando en tierra fértil y, resultado de ello, serán todas las películas que vienen en camino en el marco de este Taller», nos escribió.
«El Taller fue una experiencia realmente maravillosa», se emocionó el venezolano Arturo Castro Godoy, director del proyecto Rastro, la historia de un hombre que al regresar a su ciudad para vengar la muerte de su hijo se encuentra con su fantasma y éste lo ayuda a atravesar el duelo. «Eternamente agradecidos a Ibermedia y al Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano por la oportunidad», añadió el cineasta ya reconocido por películas como Trombón (2009), El silencio (2016), Aire (2018) o Rinoceronte (2022).
Tampoco se anduvo con rodeos el dominicano Juliano Kunert, director y productor, junto a Maia Otero, del proyecto Maguana Racing: «Las asesorías fueron un lujo», escribe. Además, «el taller nos permitió tener una radiografía del cine iberoamericano, profundizando en sus necesidades, sus historias y las diversas formas narrativas que caracterizan estos territorios». Maguana Racing, ópera prima de ambos, sigue a unas monjas que han organizado una carrera de autos para conseguir fondos para su comunidad. En el camino, se alían con personajes variopintos del Caribe Pop.
«Otro aspecto clave del Taller fue haberlo realizado en Cuba», resaltó la mexicana Viviana Zúñiga, directora del proyecto de largometraje documental Brava después de trabajar con Tatiana Huezo en Noche de fuego y El Eco. «La isla, con su ritmo particular y su energía única, no sólo permite que las historias respiren de otra manera, sino que brinda una fuente inagotable de inspiración. Conectar con el entorno cubano enriquece las perspectivas narrativas y permite adentrarse en un espacio donde cada detalle parece contar una historia».
El guatemalteco José Antonio Arriaga, director de Hijo mayor, su ópera prima, la historia de un adolescente en las penurias de la marginalidad, resumió: «Fue muy enriquecedor conocer la sinceridad de escritura en cada proyecto, encontrar esa fuerza motora que desafía las posibilidades de creación». En su caso, dijo, «la analogía de quitar la costra de la herida fue confrontar mis miedos con mis motivaciones para tener un proyecto cinematográfico más sincero. En el proceso estuve acompañado por dos poderosas mujeres: Tatiana Huezo y Tatiana Graullera».
Mientras que para la venezolana Gabriela Codallo, directora de Alufina, un documental en el que filma junto a su abuela el universo mágico-religioso de esta última, el Taller representó «un espacio de trabajo intenso y enriquecedor, fundamental para el abordaje de una historia personal». Alufina será su ópera prima y en el VIII TDPCCC contó con las asesorías en documental de Everardo González y Javier Corcuera, y en producción de Gema Juárez Allen.
Con sus propias palabras
Por su indudable interés, a continuación reproducimos textualmente las respuestas que nos enviaron las y los cineastas participantes del VIII TDPCCC realizado en La Habana. El orden de aparición es el mismo con el que nos fueron llegando sus respuestas.
«Este tipo de taller es muy necesario para los cineastas de Centroamérica y el Caribe, nos reafirma en que nuestras historias son importantes y que hay que contarlas. Puedo decir que gracias a la asesoría de Lola Salvador y de Fernando Pérez tengo la posibilidad de tener un guión de hierro, muy sólido. Compartir con otros y otras cineastas de distintos países de la región es enriquecedor. Poder charlar con otros asesores y conferencistas es esencial para que el TDPCCC sea muy especial. Gracias a todos estos puntos puedo decir que mi próximo largometraje, Paraíso infernal, va a paso firme y podremos ver la película en pantalla grande en un futuro cercano». —Maite Rivera Carbonell, Paraíso infernal, segunda película
«La experiencia en el VIII TDPCCC ha sido enriquecedora, tanto para el crecimiento de nuestro proyecto, Dani Elliot, como para la creación de una red más sólida, fundamental en el ámbito cultural latinoamericano. Gracias a la asesoría de dirección de Ignacio Agüero y a la de producción de Gema Juárez hemos recibido valiosas recomendaciones que nos han permitido fortalecer nuestra propuesta y explorar soluciones creativas y estratégicas para narrar nuestra historia». —Lisa María Velázquez, Dani Elliot, ópera prima
«Mi experiencia en el Taller de Desarrollo fue muy valiosa, de un aprendizaje constante que todavía voy descubriendo a medida que sigo reflexionando acerca del trabajo realizado en las asesorías. Pude percatarme del verdadero potencial que tiene mi película y definitivamente cuento ahora con las herramientas para encaminar mi historia hasta su realización». —Joaquín Horna Sosa, La caja de los huesos, segunda película
«Hacer parte de este Taller ha significado que mi proyecto reciba un nuevo aire. Las asesorías con Fernando Pérez y Tatiana Graullera, sumado al acompañamiento de Tanya Valette, han sido definitivos para darle integridad a la película que tengo en mente, tanto a nivel de guión como a nivel de producción. Este espacio me permitió pensar de manera integrada la escritura de guión, la dirección y la propuesta de producción. Esto ha permitido que Apostador, mi proyecto, alcance una forma más compacta como propuesta audiovisual. En otros términos, este taller me ha convencido de que tengo un proyecto materializable». —Juan David Cárdenas, Apostador, segunda película
«La oportunidad de haber estado en el VIII TDPCCC con nuestro proyecto La promesa, largometraje de ficción, fue sumamente iluminadora para nuestro camino como cineastas jóvenes. El haber compartido con proyectos de toda la región, así como contar con el acompañamiento de destacados asesores del medio, fue algo sumamente poderoso y enriquecedor. Ahora, tras el Taller, contamos con una hoja de ruta sólida de trabajo, con la que continuaremos fortaleciendo nuestra película, tanto a nivel narrativo y formal, como también, y muy importante, a nivel de producción, pues ahora más que antes tenemos total certeza de que nuestro proyecto es totalmente viable y factible. De esta manera continuaremos nuestro proceso y estamos seguros de que La promesa se hará realidad pronto. Es de resaltar que en Centroamérica y el Caribe se está sembrando en tierra fértil y resultado de ello serán todas las películas que vienen en camino en el marco de este Taller». —Sandra Carolina Jiménez, La promesa, ópera prima
«El Taller fue una experiencia realmente maravillosa. Tuvimos la enorme fortuna de trabajar nuestro proyecto junto a Tatiana Huezo y Tatiana Graullera, dos profesionales con una generosidad y una sensibiidad tremendas, que no sólo potenciaron la película, sino que compartieron conocimientos que nos sirven también para futuros proyectos. Eternamente agradecidos a Ibermedia y al Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano por la oportunidad». —Arturo Castro Godoy, Rastro
«Maia y yo consideramos que fue una experiencia sumamente enriquecedora. El Taller nos permitió tener una radiografía del cine iberoamericano, profundizando en sus necesidades, historias y las diversas formas narrativas que caracterizan estos territorios. Las asesorías fueron un lujo. Fernando Pérez, como asesor de guión, nos ayudó a mejorar la verbalización de nuestras ideas en el texto. Su retroalimentación fue fundamental para refinar y fortalecer la estructura inicial y el desarrollo de personajes. Por su parte, Lola Salvador, también asesora de guión, nos guió en la identificación de elementos que no estaban funcionando en la estructura narrativa, lo que permitió realizar ajustes necesarios». —Juliano Kunert, Maguana Racing, ópera prima junto a Maia Otero
«El VIII TDPCCC fue una experiencia profundamente enriquecedora. La generosidad de los tutores, especialmente de Everardo González, fue invaluable. Su rigor, perspectiva y su capacidad de abordar la historia desde varios ángulos resultaron fundamentales. Su empuje para ser leal a la historia y evitar concesiones gratuitas fue una gran lección que sin duda marcará mi proyecto. Contar con Camelia Farfán fue igualmente transformador; logró orientar el proyecto y destacar necesidades importantes para incorporar al presupuesto, la ruta crítica y otros aspectos clave. Su cariño hacia los proyectos y sus productores, así como su paciencia para aportar ideas valiosas, dejaron una huella significativa en el desarrollo de mi trabajo. Otro aspecto clave del Taller fue haberlo realizado en Cuba. La isla, con su ritmo particular y su energía única, no sólo permite que las historias respiren de otra manera, sino que brinda una fuente inagotable de inspiración. Conectar con el entorno cubano enriquece las perspectivas narrativas y permite adentrarse en un espacio donde cada detalle parece contar una historia. El intercambio de ideas en un espacio seguro y diverso permitió aprovechar al máximo el alcance de nuestras propuestas y aprender de las experiencias de los demás participantes». —Viviana Zuñiga, Brava, ópera prima
«El VIII TDPCCC fue una experiencia inmersiva, un retiro cinematográfico de aprender y desaprender. Fue muy enriquecedor conocer la sinceridad de escritura en cada proyecto, encontrar esa fuerza motora que desafía las posibilidades de creación. En mi caso, la analogía de «quitar la costra de la herida» fue confrontar mis miedos con mis motivaciones para tener un proyecto cinematográfico más sincero. En el proceso estuve acompañado por dos poderosas mujeres: Tatiana Huezo y Tatiana Graullera, quienes con paciencia, respeto y profesionalismo potenciaron la narrativa. Aunque lejos del aspecto técnico-profesional, me quedo con la humanidad que habita en ellas. Gracias Ibermedia y gracias Cuba». —José Antonio Arriaga, Hijo mayor, ópera prima
«Este Taller representó un espacio de trabajo intenso y enriquecedor, fundamental para el abordaje de una historia personal. Gracias al asertivo acompañamiento de los asesores Everardo González, Javier Corcuera, Gema Juárez Allen, y del intercambio de ideas y experiencias con el resto de los compañeros, logramos identificar lo verdaderamente relevante y diferenciador de nuestra historia, además de la incorporación de nuevas herramientas narrativas para lograr la construcción de una estructura argumental sólida». —Gabriela Codallo, Alufina, ópera prima