Soy Lluvia narra la búsqueda y complicidad de las hermanas Wildres y Geidy Wood a través del viaje que realizan juntas al corazón de la zona núcleo de la Reserva de la Biosfera del Río Plátano, la selva tropical donde ambas nacieron.
La línea ferroviaria Japeri-Central do Brasil opera de 18 horas a 24 (18 horas al día). En este tren que corre lenta, pero rápida e inexorablemente, para los vendedores ambulantes, más conocidos como “Camelôs”, Asistimos al gran espectáculo de la vida: peleas, llantos, alegrías y dolores se mezclan con el caos y la rutina de la vida. vida cotidiana. Día tras día, como un circo que no sigue reglas, se sigue una trayectoria como una vena aorta, ramifica los diferentes caminos de la vida y pulsa en el corazón del estado de Río de Janeiro. En estos doce vagones, en este viaje que lleva sueños y pesadillas de las personas que poco a poco participan, Todos en el tren, finalmente podemos imaginar un futuro mejor, fuera de un mundo que parece no aceptarlos.
Italia 1981. Tres hermanas venezolanas que acaban de mudarse con su madre a una gran villa en Padua, una ciudad de provincia en Italia, afrontan su transición a la edad adulta durante los “Años de Plomo”, un periodo lleno de tensiones sociales y políticas marcado por una ola de terrorismo. Alma (19), insegura y tímida, María (23), práctica y concreta, Gabi (17), bella, extrovertida, un verdadero espíritu libre, conocen bien la cultura del lugar transmitida con orgullo por su padre, oriundo de la zona.
Para ser independientes económicamente, alquilan la casa de huéspedes a amigos y viajeros, lo que supone mucho trabajo para Alma, que tiene que mantener las habitaciones ordenadas y cocinar para todos. Dentro de un mes, a finales de mayo, Alma se casará con Pietro (23), que acaba de volver del servicio militar. Después de la boda tendrá que dejar la villa y mudarse a un pequeño piso en la ciudad. Está muy ansiosa por el gran cambio, pero la idea de volver a Venezuela para la luna de miel la entusiasma enormemente. Parece tenerlo todo bajo control hasta que Pietro le dice que, por motivos de trabajo, tendrán que cambiar el destino de su viaje.
A Alma le parece que su destino es más bien una prisión, parecido al de su madre, sola en casa, esperando a un marido que nunca llega.
Los soldados de la Escuela de las Américas trabajan para sanar el lago Gatún, un lago artificial que fue hecho sobre el lugar donde vivían comunidades de Corte Culebra. Con métodos artesanales, los militares encuentran los restos de los hbaitantes de este lugar. Mientras realizan sus jornadas de trabajo, se relacionan con los animales al mismo tiempo que se educan con las reglas para ser un buen soldado.
Hanna (10, costarricense-alemana) se muda con su papá, Georg (46, alemán), a la antigua casa de sus abuelos maternos en la costa pacífica de Costa Rica, un tiempo después de que su mamá falleciera. Él es un periodista que investiga el desplazamiento de comunidades indígenas de sus territorios. Una mañana, Georg se va de emergencia para investigar sobre un incendio en el territorio Boruka, y le pide a Hanna que se quede en casa, su niñera ya está en camino. Hanna se enfurece y le grita que le odia. Él rompió su promesa de llevarla al lugar donde su mamá más amaba bailar, y así no olvidarla jamás. Cuando Georg se marcha, Hanna le desobedece y se va de todos modos, a cumplir su misión.
La Perseverancia es el nombre elegido hace más de una década por un grupo de apoyo mutuo de personas que han sido diagnosticadas de trastornos mentales en Panamá. A pesar del tiempo, no han conseguido aún un espacio propio donde poder realizar sus reuniones semanales y con la pandemia perdieron los sitios provisionales que les acogían. El grupo es importante para todos y tratan de mantener sus reuniones como sea; es casi el único lugar donde pueden hablar de lo que les pasa, con la seguridad de encontrar comprensión y el relato de otras experiencias similares a las que atraviesan. Se cuidan mutuamente y se apoyan con afecto y respeto, no exento de buen humor. Entre ellos pueden conversar de lo que les importa; de sus miedos, de sus vivencias de sufrimiento psíquico, de las cosas que imaginan cuando se diluyen las fronteras entre lo que es real y lo que no, de sus dudas sobre las medicaciones que toman, del hospital, de cómo les está cambiando el cuerpo. No es tan fácil para ellos poder hablar con sinceridad sin que se abra una distancia con quienes les escuchan por el peso del estigma, el miedo y el rechazo.
En la Finca Dolores, AGUSTIN BRITO(65) prepara los almácigos de café para una nueva cosecha. Es un hombre delgado, con cuerpo fibroso y manchas de sol en la piel. Claramente es un hombre mestizo. Al mismo tiempo que sabio, es terriblemente temido en toda la zona. Solo gracias a la disciplina y la mano dura ha logrado producir más de treinta cosechas de café exitosas, en medio de guerras, conflictos laborales y desastres naturales. Marta Brito(63), es su incondicional. Una mujer igual de inteligente, estricta y temida. Una pareja de productores que ha hecho famosa la producción de café de altura en el bosque húmedo guatemalteco.
Una tarde Marta toma de la mano a Agustin. Tiene una noticia que darle. “Vamos a tener un nieto”.
Este es un documental contado en primera persona por el cineasta español Ignacio Guarderas Merlo. Cuenta su historia familiar. Se nos mostrará cómo conoció, con casi cincuenta años, a su familia paterna y cuáles fueron las circunstancias de su nacimiento en 1974. Su madre, María Gracia, creció en una familia conservadora granadina. Ignacio es fruto de la relación con Diego, un ecuatoriano casado y con hijos. A los años, llegada la democracia, María Gracia pone una denuncia en los juzgados para obtener los apellidos legítimos del padre. Ignacio Guarderas crece con los apellidos, pero no con el contacto de su padre.
En una casa de acogida, escondida en medio de un bosque de frailejones, vive temporalmente un grupo de adolescentes víctimas de trata sexual. Habituadas a un horario nocturno, las chicas transitan los días durmiendo sobre las mesas y suelos de la casa, cuidando de los bebés que han tenido, hijos de sus secuestradores. Por las noches, ninguna de ellas duerme, en un alto estado de abstinencia a las drogas que eran forzadas a consumir.
Abigail tiene 14 años, la risa ancha, la mirada perdida. Le gusta visitar una habitación llena de cunas en las que descansa el niño que tuvo de madre, al que no amamanta y con el que juega como si fuera un muñeco. Entre revisiones ginecológicas y terapias psicológicas, las adolescentes atraviesan este espacio limbo, observándose unas a otras. Son los pequeños detalles los que revelan el horror por el que han pasado, que no se ve pero se intuye. Abigail espía constantemente los cuerpos heridos de sus compañeras y disfruta haciendo que Mildre bese grillos secos para que no pase nada malo.
ATENEA es una mujer de circo de unos 30 años, que cumple una condena de 30 años de cárcel, por la muerte de su novio Carlos Rivas. Desde que llegó a la cárcel se ha sabido ubicar y se ha hecho de un grupo de amigas que se defienden de las otras. Atenea tiene el liderazgo del grupo. El padre de Carlos Rivas, el teniente coronel Reynaldo Rivas es un militar retirado que nunca quiso que
enjuiciaran a Atenea, porque él no cree en la justicia del estado, prefiere hacer justicia por sus propios medios, pero no pudo lograr su objetivo debido a que el juicio fue rápido y no se pudo cancelar. Sin embargo, durante varios años, no perdió la esperanza de lograr su objetivo, siempre lo propuso a sus compañeros de promoción en el ejército, en las reuniones de militares retirados que hacían en su hacienda, a los cuales les llama “los compadres“, porque a medida que iban teniendo hijos, se los van apadrinando entre ellos, lo que los convierte, según su tradición, en familia.
Los Compadres toman la decisión de ayudar al coronel Rivas y planean una estrategia para sacar a Atenea de la cárcel y ponerla a su disposición.
Rodrigo (16), un joven introspectivo, se ve obligado a dejar el decadente apartamento donde vive solo, luego de la muerte de su madre. Sin saber que hacer, regresa al pequeño pueblo donde nació. Busca a su padre, Ayala (55), un montaraz curtido, con el que hace años que no tiene contacto. Preguntando en el pueblo, encuentra la casa de su padre, pero él no está. Sabrina (30), la vecina, le dice que Ayala anda en una estancia, trabajando en el monte. Curioso por Sabrina, Rodrigo la espía en la helada noche. En el monte profundo, Rodrigo reencuentra a Ayala. Incómodos, no saben qué decir o qué hacer. Rodrigo pasa el tiempo observando a su padre lidiar con los montaraces, mientras él vagabundea por los alrededores.
Un grupo de extraños huyen de Asunción en medio de la Guerra de la Triple Alianza, buscando llegar a la ciudad de Corrientes, que acaba de ser conquistada por las tropas paraguayas, y allí encontrarse con un convoy militar que los ayudará a cruzar la frontera de manera segura. Los pasajeros incluyen al Barón español Alonso de la Vega y Téllez-Girón, líder competente y caballero ejemplar, su esposa La Baronesa Isabel de la Vega, una astuta mujer de negocios, Elias Maldonado, un manipulador empresario que posee una industria tabacalera pero ahora está en bancarrota, su esposa Anais Maldonado, Ricardo López, un político arrogante y corrupto, y su esposa Ximena, una joven superficial y egoísta.
En su viaje, se encuentran con Chico, un gaucho anciano con un pasado oculto como forajido, La Rubia, una prostituta indígena, y una joven pareja, Catalina Ortiz y El Chino, que han huido de matrimonios concertados con ricos terratenientes que han puesto precio a la cabeza de El Chino.
Durante el viaje, tensiones surgen entre los pasajeros debido a sus diferentes clases sociales y antecedentes.