Hoy se estrena en salas de España Matar a Pinochet, la nueva película del reconocido realizador chileno Juan Ignacio Sabatini que recrea en clave de thriller político el intento de asesinato del dictador Augusto Pinochet por parte del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR).
La película es una coproducción de Villano Producciones de Chile, Sudestada Cine de Argentina y Potenza Producciones de España que recibió la ayuda de Ibermedia en esa modalidad, en la Convocatoria 2016. De la cinta ya hemos contado algunos detalles en este portal, incluso de cuando tenía otro título, Los fusileros, homónimo al libro en el que se basa el guión.
Esta vez proponemos otro tipo de acercamiento, una mirada distinta, la del italiano Carlo D’Ursi, uno de los productores de Matar a Pinochet desde Potenza Producciones, fundada por él en España en 2004.
Con Potenza, D’Ursi ha producido alrededor de 25 películas que le han valido selecciones y premios en festivales internacionales como el de Venecia, Montreal, Busan o Málaga, y nominaciones a los Goya. Entre ellas varias coproducidas con otros países de Iberoamérica como Diamantes negros, La memoria del agua, Jefe y, ahora, Matar a Pinochet.
“Me vine a vivir a España por amor a la libertad”, dice el productor —y también actor— italiano, que agradece a su país de acogida prácticamente “toda mi vida, mi familia, y mi desarrollo profesional y personal”.
“España es uno de los primeros países a nivel mundial, y por lo tanto líderes, en generar políticas de igualdad de 360 grados. Eso lo hizo al inicio de este tercer milenio, por eso decidí apostar por él, porque antes que nada me ha dignificado como ser humano”.
D’Ursi inició su carrera junto al director Pedro Almodóvar en la productora que éste fundó con su hermano Agustín, El Deseo, donde se especializó en relaciones internacionales. Su siguiente etapa profesional está ligada a la empresa española Alta Producción, perteneciente al grupo audiovisual Alta Films.
Hoy también tiene una importante reputación como consultor audiovisual y docente. Ha colaborado con empresas como Zinkia Entertainment en el desarrollo, la financiación y el plan de negocio de sus proyectos audiovisuales, y ha impartido clases magistrales en Italia, España y Brasil.
Es miembro de la comisión de producción de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España y en 2017 fue elegido como representante español para el Producer on the Move, un evento en el Festival de Cannes organizado por la European Film Promotion para dar visibilidad a los productores más prometedores del panorama europeo.
Escribe TOÑO ANGULO DANERI
Como productor, ¿cómo llegas a Matar a Pinochet?
Llego gracias al Foro de Coproducción de Locarno, a través de Constanza Arena, la directora ejecutiva de CinemaChile, quien me presenta a Juan Ignacio Sabatini y me dice que es un director de TV consagrado y que tiene una película muy interesante. En Chile me conocen porque yo había coproducido La memoria del agua, de Matías Bize (Chile, España, Argentina, Alemania, 2015), y en cierto modo me tienen en su radar de productores españoles solventes para coproducir con Chile. Constanza me presenta al director, quien me entrega el proyecto y yo empiezo a analizarlo. Para entonces ya había aparecido el segundo celestino de Matar a Pinochet, el productor [y presidente de la FIPCA] Adrián Solar, que también había sido uno de los coproductores de La memoria del agua. Adrián avala el proyecto y le damos luz verde. Lo interesante es que todo empieza en un foro de coproducción.
¿En qué fase estaba la película cuando Constanza Arena te presenta a Sabatini?
En primer estado de desarrollo.
Cuando todavía se llamaba Los fusileros, ¿verdad?
Sí, porque el libro sobre el que está basado el guión se llama así.
¿Cuál fue tu primera impresión?
Leí el guión, luego leí el libro y desde un primer momento me interesó porque trataba una historia poco conocida que podía aportar a los géneros del cine político. También sentí que era un proyecto en el que España, institucionalmente hablando, tenía un papel importante.
¿Cómo así?
Porque creo que la cooperación cultural entre España y Latinoamérica tiene que ser fomentada y mantenida siempre que se pueda y sobre todo cuando se trata de películas históricas.
Hablando de tu caso en Matar a Pinochet, pero no sólo, ¿cuál dirías que es el aporte creativo de un productor sobre un proyecto en desarrollo? Existe la idea parcial y en el fondo prejuiciosa de que un productor es básicamente un facilitador de recursos.
Quien tiene esa visión es alguien que conoce muy poco el mercado. Yo te voy a contestar desde el tipo de productor que soy yo, porque esto es como cuando alguien dice: “Los hombres son, o los hombres tienen que ser de esta manera” y efectivamente caemos en una generalización equivocada de cómo son realmente las cosas. ¿Cómo es Carlo D’Ursi y cómo es Potenza Producciones? Somos un equipo creativo que se implica en el desarrollo de proyectos cinematográficos con todos sus recursos. Para nosotros, el desarrollo es la fase más importante, el momento en que con menos recursos se puede tener el máximo resultado.
Es verdad, aunque no todos sabemos verlo así.
Por eso mismo me gustaría aprovechar esta entrevista para alabar al Programa Ibermedia por las ayudas al desarrollo de proyectos que concede y al mismo tiempo para alentar para que lo siga haciendo. En Potenza Producciones nos ocupamos del desarrollo desde la idea base. Empezamos por un profundo diseño de audiencia… Pero la audiencia entendida no como la audiencia final, sino lo que es realmente la audiencia de una película en un primer momento, que son los fondos. Después, los distribuidores, al mismo tiempo que las televisiones, donde ya entra la idea de un público final. El diseño de audiencia se hace desde el primer momento, por lo tanto los productores somos complementarios al autor. Nuestra parte creativa ayuda al autor para que sus inquietudes y deseos artísticos se pongan en valor de cara a esa primera audiencia.
Es muy interesante lo que dices porque la gran mayoría de la gente vemos este proceso desde el producto final, desde la película ya terminada y estrenada. Tú pones el foco en la semilla.
A ver, te voy a decir algo que quizá quieras poner en el título de esta entrevista: el desarrollo es la clave de toda la producción. Sin un buen desarrollo, hay fracaso casi asegurado.
¿Te animarías a señalar cuáles son los puntos clave en esta fase de desarrollo? Algunos sólo la identifican con la elaboración del guión en sus distintas versiones y su adecuación a los recursos técnicos y humanos disponibles.
Esa fase es la escritura de guión, que puede ser paralela o incluso previa, y es sólo una parte del desarrollo. La otra parte es la estructura de la película a nivel de desarrollo creativo y financiero. En lo primero están el casting, las localizaciones, el equipo creativo que se elige… Todo esto influye muchísimo. Una película no es sólo un director, ni un director de fotografía. Hay un montador, que es el que le da la estructura final. Y hay un compositor, el creador de la música, que no por nada en Italia se llama “comentario musical”, porque es otra línea de diálogo añadida a una película a través de notas musicales, y no simplemente una cancioncita como alguna gente podría pensar. Éste es el desarrollo creativo. Luego está el desarrollo financiero, que es parte también de la estructura de una película. Para empezar, tres preguntas clave: ¿cómo la voy a financiar, a quién se la voy a vender, quién la va a ver? No se puede hacer una película sin pensar en la audiencia.
Una línea muy fina porque…
Porque hay gente que lo puede malinterpretar y entender que uno hace películas sólo pensando en el gran público. No. Lo que quiero decir es tan sencillo como a quién le va a interesar tu película. Te cuento algo. Hoy, en vísperas del estreno de Matar a Pinochet, también estrenamos Retrato de mujer blanca con pelo cano y arrugas dentro del Festival Rizoma en los Teatros Luchana. Es una película compuesta por 71 planos fijos que lógicamente va a circular en salas y festivales experimentales. Sé cuál es mi audiencia.
O Diamantes negros, de Miguel Alcantud [España, Portugal, 2013], ¿no?, una película que revela el lado que los aficionados al fútbol no queremos ver y en la que que también participaste como productor.
Y como actor.
Ese dato me lo estaba guardando para el final. Ahora me gustaría preguntarte cómo ves como productor internacional el cine latinoamericano, no sólo chileno. Porque además de Matar a Pinochet y La memoria del agua también recuerdo Jefe, de Sergio Barrejón, una coproducción con Portugal en la que actuaba la colombiana Juana Acosta…
Demasiadas películas. Mi madre y mi marido dicen que demasiadas.
¿Y tú qué respondes a eso?
Que no sé hacer otra cosa en la vida, sólo sé hacer cine. Si me quitan eso…
Volviendo al cine latinoamericano, o iberoamericano en general…
Sería arrogante de mi parte darte una opinión sobre todo el cine latinoamericano o iberoamericano, porque es mucho. Más bien te puedo hablar de mi experiencia con el cine chileno. La veo como un cinematografía que está llena de ideas maravillosas y con un tejido industrial muy vivo, muy boyante, que no es emergente porque ya ha emergido, y con unos técnicos que trabajan de manera muy intensa. A la vez siento que es un cine en el que queda mucho por hacer en cuanto a los derechos de los trabajadores. Es una cinematografía que se debate para estabilizarse y mantenerse en equilibrio, como todo el país en este momento, y no pase como en otros países en los que se ha pasado de producir poco a producir muchísimo y después otra vez a producir poco.
Ahora sí, hablemos de tu trabajo como actor además de productor. ¿Cómo haces para, por un lado, cumplir ese doble papel, y cómo haces también para decir “no, en esta película no me veo”, como supongo que te ha pasado con Matar a Pinochet, donde hay un personaje en concreto que podrías haber interpretado?
Lo curioso es que yo iba a estar en esta película, y al final no pudo ser por cuestiones de agenda. En todo caso, yo divido mucho mi parte actor de mi parte productor. Antes quizá no era tan consciente de esto, pero ahora sí. Y cada proyecto tiene su encaje. Si hay uno en el que mi contribución como actor puede aportar y sumar, bien, y si no, pues no.
No son pocas las películas que has producido o coproducido que recibieron ayudas de Ibermedia. ¿Cómo ves el Programa?
Ibermedia tiene un papel fundamental en la cooperación cultural dentro del espacio audiovisual iberoamericano. Lo que es necesario es que todos los países miembros renueven y refuercen su compromiso para que el Programa siga manteniendo su vitalidad. Además, con todo lo que estamos viviendo, yo creo que Ibermedia juega un papel trascendental en la defensa de nuestras democracias e incluso en la defensa de los derechos humanos. Yo lo veo así: el cine trae cultura, la cultura trae desarrollo ético y moral, y el desarrollo ético y moral trae democracia.
Dada la “nueva normalidad” condicionada por la pandemia, estrenar en España una película como Matar a Pinochet no deja de ser un acto de reafirmación en esto que dices, ¿no?
Estamos estrenando en un momento único en la historia de la humanidad que espero que no se repita jamás. En la película se habla mucho de actos de amor, y yo siento efectivamente que estrenar Matar a Pinochet en estas condiciones es un grandísimo acto de amor por el cine. Por eso espero que el público responda con igual amor.
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La imagen superior corresponde a una escena del rodaje de Matar a Pinochet; en el centro, el director Juan Ignacio Sabatini. Las demás imágenes son escenas de la película.