Zama era hasta hace poco la brillante novela de Antonio Di Benedetto publicada en 1956 y celebrada por autores tan distintos (o no) como Borges, Piglia, Bolaño, Coetzee y Saer. En los próximos días, Zama será también la película de Lucrecia Martel, la primera en realizar lo que otros cineastas se habían propuesto antes sin conseguirlo: adaptar con seguridad y brillantez una novela ambientada en los tiempos de la colonia en América. La película de la directora argentina se presentará en avant premiere en la 74ª edición de Festival de Cine de Venecia, que se desarrollará del 30 de agosto al 9 de septiembre de este año.
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Protagonizada por el hispano-mexicano Daniel Giménez Cacho, la española Lola Dueñas y el brasileño Matheus Nachtergaele, Zama es el cuarto largometraje de Martel después de su gran debut con La Ciénaga, película a la que siguieron La niña santa y La mujer sin cabeza, y como estas dos últimas, ha contado con la producción, entre otras, de El Deseo, de Pedro y Agustín Almodóvar.
Zama cuenta la historia de Don Diego de Zamalloa, Zama, un oficial español del siglo XVII asentado en Asunción que espera ser reconocido por sus méritos y un barco de la corona española que lo lleve a Buenos Aires. Como esto no ocurre, se lanza a perseguir a un peligroso bandido por tierras de indios.
La novela de Di Benedetto es considerada por algunos como parte de una supuesta “trilogía sobre la espera”, junto con Los suicidas y El silenciero. Sin embargo, esa jamás fue la intención del autor nacido en la ciudad argentina de Mendoza. Lucrecia Martel, hablando de Zama para el diario La Nación, lo explica mejor:
“El tema de Zama no es la espera, sino la ineficacia de la muerte. Cuando leí el libro tuve un estado de euforia inexplicable, que al principio me costaba entender. Lo entendí a medida que hice la película. Es difícil decir ahora qué es para mí la película; se termina de entender en resonancia con los espectadores”.
Y más adelante, añade:
“Es la identidad como cárcel lo que me interesó. El personaje [Zama] está obligado a ser alguien. Es una condición a la que todo ser humano se ve obligado en una sociedad. Esa clave me la dieron algunas líneas sobre el matrimonio que están en la novela. Ese aspecto me cautivó y en torno de eso construí la película: el proceso del personaje de tener que ser alguien”.
Zama, una coproducción de Argentina, España y Brasil que recibió ayuda de Ibermedia en la Convocatoria 2014, se exhibirá en la Selección Oficial del Festival de Venecia, aunque fuera de competencia por el León de Oro.